¿Por qué aprender a fotografiar?

Tire el primer objetivo el fotógrafo que nunca haya escuchado las siguientes frases: “Que fotaza! ¿Qué cámara tienes?” o “se tuviera este objetivo (cámara, flash, filtro… use el sustantivo fotográfico que prefieras) también haría estas fotos” o “para hacer buenas fotografías hay que viajar a lugares exóticos” o “fotografiar es muy caro. Si no tengo la cámara ultra mega plus no podré hacer buenas fotos”.

Todas estas frases parten de la creencia que la (buena) fotografía depende exclusivamente de la técnica y de los aparatos (cámaras, ordenadores, súper teléfonos, objetivos caros, etc.) usados para la toma. Olvidando totalmente que hay una persona por detrás de cada fotografía. Por supuesto que fotografiar también es técnica. Que cámaras y objetivos juegan un papel importante en cada imagen. Pero no son los únicos factores, ni mucho menos, que cuentan para hacer de una imagen banal una gran fotografía. 

Por esto que aprender a fotografiar, además de aprender controlar la cámara fotográfica, es aprender a ver. A entender la luz. A crear la luz, saber trabajarla, con delicadeza y precisión. Aprender a fotografiar es ser amigo del tiempo: congelarlo, moverlo, guardar el tiempo, con amor y mano dura. Se aprende a fotografiar porque vivemos un mundo de cambio y transformación continuo. Fotografiar es nuestro compromiso con la permanencia y contra el olvido.

Hace unos días mi hija de diez años me preguntó qué pasaría si no tuviéramos memoria. Le contesté que significaría que nada de lo vivido valdría la pena, porque desaparecería. Un día bonito en la playa, las vacaciones con los primos, jugar con los amigos, nada existiría. Fotografiar es parte de construcción de una memoria. Personal, familiar, de una ciudad, hasta mismo de un país.

Pero también es más: fotografiar es comunicar. Es enseñar el mundo que nos rodea de una forma personal. Transformarlo y moldearlo a nuestro antojo. Fotografiar es pura diversión. Puede hacer de cualquier paseo un fin en sí mismo.

Y nada de esto depende de la cámara que tenemos, de la óptica o de nuestro presupuesto. Porque aprender a fotografiar es ser parte de la magia del tiempo y de la luz.  ¿Y quién podría decir no a esto?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s